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Dejarse querer...


Parece sencillo dejarse querer, parece algo simple y que no tiene nada que temer, parece, pero no lo es.

Aunque no hay nada más hermoso, más valioso, más verdadero que ser querido, hay personas que por haber sido heridas en el pasado, por haber sufrido el desamor, se crean una coraza y se ponen barreras que impiden les llegue el amor.

Y tienen el amor en su puerta, le llaman, se presenta, se lo demuestra, pero si es un corazón herido el miedo hace que no se dejen querer.

Y lo ven por la ventana, ven el amor que les llama, que ha llegado de forma inesperada, y no se atreven a abrir la puerta y dejarse querer.

Pero el amor es grande, es paciente, es inteligente y sabe lo que pasa en ese corazón, sabe del dolor y sus estragos, sabe del miedo y sus lesiones y sabe que tiene arreglo y que no hay que rendirse.

Con paciencia y tesón se cura cualquier corazón para que sea capaz de dejarse querer y de abrir la puerta al amor.

No hay que guiarse por la primera impresión cuando te encuentres con alguien que rechaza el amor, es solo una máscara, es su protección, y es que teme sufrir por amor.

 

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