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Al despertar...


Cada mañana muy temprano,

en el primer despertar

cuando el día empieza a aclarar,

un sentimiento aparece rápido como un flash,

ya está aquí, tiene que ser real,

un sentimiento profundo que sale del corazón,

que arranca el motor y no para ya,

que se adueña de mí,

que no deja pensar, y si pienso…, mejor no pensar,

porque la mente no entiende cómo puede el alma brotar

y llegar a inundar el terreno mental

ahogando el razonar, el pensar.

Y a la hora de despertar no hay relojes,

no hay cuestiones,

no hay motivos para abandonar,

sólo está el alma y sus anhelos,

sólo hay mucha fuerza y ganas de ganar,

de hacer realidad un sueño,

de dejar de batallar.

A la hora del despertar

siento la verdad que palpita y grita,

que no calla,

que no duerme,

siempre viva mi verdad.

 

Foto cedida por Roberto

 

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