Ser libre no es otra cosa que vivir según los dictados del alma. Cada ser humano tiene la capacidad de hacer con su vida lo que quiera, es lo que se llama el libre albedrío.
Se puede ser libre con responsabilidades, compromisos y obligaciones porque la libertad no es liberarse de ellas ya que eso forma parte de la vida, de la naturaleza humana y son el reflejo de valores importantes como la lealtad, los lazos de amor, la bondad, la generosidad, la entrega, la humanidad en definitiva.
Ser libre es vivir con conciencia, haciendo lo que nos pide el alma que es sabia, es caminar por el sendero que nos encontramos y por el que elegimos pasar a sabiendas de los baches y las piedras que podríamos encontrar pero con la certeza de que es el camino que nos lleva a nuestro destino, el que intuimos y al que venimos.
Ser libre requiere mucha valentía para luchar y derribar las barreras, los muros, los barrotes que a lo largo de la vida nos ponemos y nos ponen.
Ser libre es creer que la libertad del alma siempre existe, que las cárceles son mentales, que nos juzgamos nosotros mismos, nos encerramos en prisión para cumplir condenas autoimpuestas y que está en nuestras manos escapar y vivir con libertad.
Foto cedida por Roberto