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Vivir sin vivir...


Yo he vivido sin vivir

hasta que un día te encontré a ti,

y me abriste los ojos

y me hiciste ver que yo vivía sin vivir.

Yo no sentía por no sentir,

por no sufrir,

por no ser herido.

Yo pasaba los días defendiéndome, escondiéndome,

huyendo de lo más grande que tiene la vida,

los sentimientos, las emociones, los amores.

Yo vivía sin vivir por miedo a sufrir,

a ser víctima de desalmados egoístas sin escrúpulos

a la hora de exigir, de pedir.

Yo vivía sin vivir hasta el día que te vi,

fue entonces cuando entendí que tenía que vivir.

Y gracias a tu coraje y a tu empeño tú apostaste por mí,

tú querías que yo viviera, que viviera de verdad,

sintiendo las emociones, y expresándolas,

compartiendo las vivencias, disfrutando de vivir.

Tú me abriste el corazón,

fuiste un ejemplo a seguir,

me enseñaste a vivir sin temores,

con confianza,

me enseñaste lo que sé

porque yo vivía sin vivir.

SMF

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