Después de crecer con el amor de una madre
uno busca siempre un amor parecido,
un amor incondicional, sin límites, que te haga ser tú,
crecer, aprender, avanzar, sacar lo mejor de ti.
A lo largo de la vida
uno se encuentra con personas
que te hacen creer que sienten amor por ti
y uno cree que es así,
se entrega, confía, comparte,
pero nunca siente el amor aquel
que en su vida recibía de esa madre que lo crió.
Uno vive relaciones que no son realmente amores,
uno se conforma con lo que cree es lo que le toca,
uno llega a perder la esperanza de encontrar amor incondicional,
uno se resigna y deja de luchar
porque cree que no es posible encontrar
un amor tan de verdad como es el maternal.
Cuando dejas de buscar derrotado por luchar
sin llegar a vislumbrar el amor de verdad,
es entonces cuando encuentras sin buscar
ese amor incondicional que te llena de verdad,
que te hace ser tú,
que te devuelve la libertad de sentir y soñar,
de creer en la felicidad,
en la magia y en la vida en general.
Ese día descubrí que el amor incondicional aparece sin avisar,
ese día descubrí que ese amor de verdad antes no lo conocí,
ese día aprendí que hay amores cerca de ti
y que llegan a tu vida como un regalo para abrir.
Ese amor que hoy conozco nunca antes conocí.
SMF