El rencor es un sentimiento negativo muy dañino, tanto que es la causa de muchas patologías serias.
El rencor es el polo opuesto al perdón. Es sentir que una persona que en algún momento ha dicho algo que nos ha ofendido o ha hecho algo que nos ha molestado o dañado merece sufrir por ello, merece un castigo.
Con el rencor ocurre como con la culpa, que muchas veces es infundado, pues ni las palabras llevaban intención de ofender pero uno lo percibe así, ni los actos eran con intención de hacer daño pero lo percibimos así.
Cuando aparece ese sentimiento hay que hacer un trabajo objetivo con uno mismo, hay que utilizar la mente y el alma. La mente a veces está condicionada, sesgada, encasillada, y no es capaz de ver más allá de sus narices, no es capaz de discernir, de ver a la persona causante de nuestro rencor de forma global entendiendo sus motivaciones, su estado emocional, sus preocupaciones, sus problemas en definitiva. Por ello, a veces, es necesario otro punto de vista, algo que una persona ajena nos pueda aportar.
Ver las cosas desde otro punto de vista y viéndolo con el alma es la manera de comprender el origen del rencor, de empatizar con el otro y de conectar con el alma de esa persona para poder transformar ese sentimiento negativo que es el rencor en otro positivo como es la compasión, eso sólo se consigue con amor.
Acabar con el rencor es perdonar, es liberarse de unas cadenas pesadas que mantenidas hacen úlceras y heridas en nuestra alma y en nuestro cuerpo.