El miedo es una emoción básica que surge cuando nos encontramos ante un peligro, es una reacción que prepara al organismo para defenderse.
Ante el peligro se puede reaccionar de tres formas diferentes: atacar, huir o bloquearse y paralizarse.
Pues bien, la mente hace que surjan pensamientos que son negativos, irracionales, catastrofistas que nos amenazan como si de un peligro real se tratara y desencadenando algunas de las reacciones propias del miedo real. Estas reacciones de forma mantenida, constante, sin tregua son muy perjudiciales para la salud ya que alteran el funcionamiento de prácticamente todos los órganos. El miedo hace que el organismo esté en un estado de estrés crónico.
Cuando nos sintamos atemorizados por una idea, un pensamiento, hay que pararse, tomarse un tiempo para relajarse y enfrentarse a ese miedo, hay que analizarlo de forma objetiva, hay que ser racional, usar las herramientas de la mente, el análisis, la lógica, la medida, con esas herramientas se disecciona el miedo pudiendo eliminarlo.
Los pensamientos que provocan miedo son la gran mayoría irracionales y, aunque parezca paradójico, la misma mente que los crea los puede destruir con sus mismas armas racionales.