La culpa es un sentimiento negativo que provoca mucho sufrimiento y malestar a quien lo padece. La culpa es sentir que nuestro comportamiento es la causa del daño sufrido por otra persona. La mayoría de las veces es un sentimiento infundado, basado en creencias erróneas, en ideas equivocadas, en puntos de vista limitantes, en información falsa, en omisión de datos verdaderos.
Por eso es importante analizar de forma objetiva los hechos que ponen en marcha ese sentimiento. Muchas veces no es posible hacerlo uno solo porque el propio sentimiento nos bloquea y suelen aparece otras emociones negativas que alteran la percepción real de los acontecimientos.
Y la culpa es una energía negativa que se estanca, se enquista, provocando alteraciones que del ámbito energético se trasladan al físico apareciendo desequilibrios a nivel químico que a la larga acaban produciendo trastornos físicos a nivel celular. La implicación de la culpa en el desarrollo de enfermedades crónicas diversas es algo que la psicología reconoce.
La mayoría de las personas no reconocen ese sentimiento, lo guardan, lo ocultan sin saber el perjuicio que suele tener, sin saber que es un motivo de malestar, un sufrimiento, un sinvivir que a la larga siempre acarrea serios problemas físicos.
Hay que hacer un gran trabajo interior para eliminar un sentimiento de culpa con o sin fundamento, algo difícil de ver por uno mismo que normalmente precisa de la ayuda de una persona sagaz e intuitiva capaz de hacernos ver la realidad de ese sentimiento y diseccionarlo hasta entenderlo y con ello hacerlo desaparecer.