Para los vértigos periféricos, también llamados vértigos posicionales o benignos.
Cuando da la crisis: tumbarse en la cama y cerrar los ojos, la mayoría de las veces con un rato de reposo ceden.
Cuando haya pasado la crisis: sentarse y con suavidad hacer los siguientes movimientos, primero con los ojos cerrados, mover la cabeza lentamente a la derecha y luego a la izquierda, muy despacio, hacerlo unas 10 veces.
Ahora mover la cabeza hacia abajo tocando el pecho con la barbilla y luego, siempre lentamente, echar la cabeza hacia atrás, hacerlo otras 10 veces.
Por último, girar la cabeza moviéndola primero hacia abajo, luego a la derecha, atrás y a la izquierda y abajo, hacerlo 5 veces en un sentido y otras 5 en el sentido contrario, siempre muy despacio y con los ojos cerrados.
Si mientras se hacen los ejercicios aparece el vértigo, hacer 30 minutos de reposo en la cama boca arriba y cuando cedan volver a hacerlos.
Hacerlos 3 veces al día con los ojos cerrados.
Cuando se mejore uno y pueda hacerlos sin que aparezca el vértigo se hacen los mismos ejercicios con los ojos abiertos y muy despacio, también 3 veces al día y durante unos días.