Esta receta es curiosa, fácil y divertida de hacer.
Necesitas un kilo de manzanas amarillas (también valen las verdes y las reinetas). Pélalas y córtalas en rodajas o láminas muy finas, de un par de mm como mucho.
Mezcla bien un vaso de harina con un vaso de azúcar y con un sobre de levadura. Ahora en un molde pon en el fondo una capa de esta mezcla, se ponen un par de cucharadas en un colador y dándole golpecitos se esparce de forma uniforme por todo el fondo. Ahora pon una capa de láminas de manzana hasta cubrir el fondo y luego vuelve a cubrir con una capa de la mezcla de harina, azúcar y levadura. Y así sucesivamente se van poniendo capas hasta unas 3-4 de cada. Se termina con una capa de manzana.
Hay que tener cuidado de calcular y repartir de forma aproximada tanto las manzanas cortadas como la mezcla de harina para que tengáis para 3-4 capas de cada. No importa si alguna de las capas de harina y azúzar queda más gruesa, ni si te faltan manzanas para terminar, que también suele pasar, corta más y listo.
Y ahora bate 3 huevos con un vaso de leche y viértelo con un cazo poco a poco por encima repartido de manera uniforme. Aunque veas que hay partes donde parece que no ha llegado esta mezcla no importa.
Para terminar espolvorea con azúcar.
Mete en el horno a 200 grados durante una hora.
Sale un pastel delicioso, es una especie de pudding (como el de la foto).
Que lo disfrutes.