La esperanza es un sentimiento muy parecido a la fe.
La esperanza es albergar confianza junto a una expectativa, es confiar en que algo va a suceder, es dejar espacio a esa posibilidad, no cerrar las puertas.
Es un sentimiento positivo, optimista, que pone en marcha pensamientos acordes.
La esperanza da tranquilidad ante un acontecimiento.
La esperanza se apoya en la fe, surge de la fe que es la convicción de que siempre tenemos ayuda espiritual para conseguir cualquier propósito por difícil que parezca.
Ambas, esperanza y fe, van de la mano.
La fe es la energía de la que se nutre la esperanza.
Ambas atraen fuerzas positivas que ayudan a mantener el equilibrio emocional y mental en situaciones difíciles facilitando la solución de los problemas al favorecer el fluir de los acontecimientos.