El invierno, una estación en la que los árboles y las plantas reposan, cambian su follaje, la savia se renueva, se recarga de energía, se prepara para cuando llegue la primavera.
Es una estación en la que los animales se preparan para procrear en primavera, igual que las plantas. Y el ser humano también debería aprovechar esta estación para interiorizar, para recargarse de energía, para escuchar el alma.
El invierno invita al recogimiento físico y espiritual.